El cambio organizacional empieza en el cerebro de las personas

“Las personas cambian cuando cambian sus cerebros. Hacer algo distinto no es cambiar”, aseguró el biólogo molecular Estanislao Bachrach, que fue el invitado de lujo en el seminario titulado “Cambio: yo, mi equipo, mi organización. Una mirada desde la neurociencia”, organizado por el Departamento de Estrategia y Capital Humano de CPA FERRERE.

El seminario comenzó con la introducción del socio del Departamento de Estrategia y Capital Humano de CPA FERRERE, Gonzalo Icasuriaga, quien destacó los desafíos que viven las organizaciones al implementar iniciativas de cambio tecnológico, organizacional y de negocios.

Partiendo de la base de que los líderes ya son conscientes de la importancia de invertir adecuadamente en la gestión de los procesos de cambio, buscando impactar positivamente en los resultados, Icasuriaga describió las buenas prácticas y los aprendizajes generados en los diferentes proyectos gestionados por la firma.

Según Icasuriaga, si bien los directivos comparten la importancia de trabajar en el tema, persisten las dudas sobre el abordaje más apropiado para gestionar el proceso. En este sentido, recomendó “no atarse a una sola receta” y “seguir procesos que pongan el foco tanto en el trabajo sobre las personas y equipos, como sobre los sistemas y políticas de dirección de los recursos humanos vigentes”.

“A veces las empresas trabajan solamente sobre los sistemas y procesos, o solamente sobre las personas, cuando en realidad es importante integrar y trabajar en paralelo en ambos niveles”, señaló.

Con el fin de comprender cómo las organizaciones pueden alcanzar un cambio organizacional integral, Bachrach explicó resumidamente el funcionamiento del cerebro y de la mente. “El cerebro y la mente no son la misma cosa. El cerebro es el hardware, los cables. Y la mente es el software, los sistemas operativos, los programas”, dijo.

“A la generación que hoy integra el mundo empresarial en posiciones de liderazgo se le enseñó que una vez que aprende, que se gradúa, tiene fortalezas que hay que explotar y debilidades que hay que esconder. Pero desde la neurociencia pensamos que no es así. Estamos convencidos de que la mente le puede enseñar nuevas cosas al cerebro, y viceversa, y que toda debilidad puede ser transformada en una fortaleza. Eso es cambiar”, afirmó el biólogo ante más de un centenar de personas.

De esta manera, el especialista mundialmente reconocido, doctor en Biología Molecular por la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de Montpellier, MBA de la Universidad Torcuato di Tella y experto en Innovación Aplicada a los Negocios, fue recorriendo los distintos aspectos que deben ser tenidos en cuenta a la hora de iniciar el cambio en una organización, y la importancia de afianzarlos en el tiempo.

En esta línea, el experto hizo referencia a la importancia de minimizar las “amenazas” que dificultan que las personas cambien. Bachrach explicó que los cinco elementos que pueden transformarse en amenazas son: el estatus (entendido como la necesidad de mantener o demostrar la importancia relativa frente a los demás); la certeza (necesidad de saber qué va a pasar en la organización); la autonomía (necesidad de sentir cierto nivel de control sobre el trabajo que se realiza); la colaboración (la necesidad de sentir confianza con las personas con las que se trabaja), y finalmente la justicia (necesidad de percibir una distribución adecuada de los beneficios y el trabajo).

Finalmente, Bachrach reconoció que además de las “amenazas” que pueden percibir las personas, los propios sistemas, estructuras y políticas de la organización pueden resultar anacrónicos y dificultar los procesos de cambio.

Entre muchas recomendaciones a los empresarios que lo escucharon, Bachrach dijo para cerrar: “Pregúntenle a la gente qué es lo que quieren cambiar en la empresa. Hagan esto cuatro veces al año, es fundamental”.

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